Abandonad toda esperanza

martes, 17 de octubre de 2006

Sitges (II): Storm

Storm venía avalada por las comparaciones con Matrix, ya que uno de sus temas principales es mostrar cuán delgada es la línea que separa lo que consideramos la realidad de lo que no lo es. Efectivamente, como en la trilogía de los hermanos Wachowski, el protagonista de esta producción sueca -un joven que recibe de manos de una chica una caja metálica tan misteriosa como ella- se encuentra inmerso en una lucha entre las fuerzas del bien y del mal; aunque aquí, como en Los Invisibles de Grant Morrison, a veces resulta difícil saber qué lado es cada cual...



La película tiene una factura técnica bastante solvente, y las escenas de acción no desmerecen frente a las habituales en las producciones hollywoodienses. Pero en ocasiones, como a algunos espectadores les sucedió con Matrix, esta cinta dirigida por Måns Mårlind y Björn Stein puede resultar confusa en algún momento determinado.



Lo que permanece tras su visionado es la pervivencia del pasado y de la culpa, y la posibilidad de expiación de su protagonista: se da la posibilidad de renunciar a admitir los errores cometidos en el pasado y seguir viviendo una existencia más o menos confortable. Pero el protagonista opta por enfrentarse a sus fantasmas para luego, ya libre de ese lastre, mirar hacia delante.

[Imagen: Måns Mårlind y Björn Stein en Sitges.]

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