Abandonad toda esperanza

miércoles, 21 de marzo de 2007

Tangaroa: Provechosa patente de corso

Si hace unas semanas hablábamos del primer número de El Manglar, la publicación que pone en la calle Dibbuks con el fin de sacar una revista de cómics en una temporada de sequía para el género, ahora le toca el turno a Tangaroa, la apuesta personal que al respecto publica Dolmen Editorial.

Quizás menos ambiciosa que la citada, pero sí más atrevida, Tangaroa es una publicación bimestral que da patente de corso a tres autores españoles para trabajar con bastante libertad dentro de sus límites espaciales.



En este número de debut, Guillem March, Jaime Herrera y Guillem Dols son los autores que firman las historietas, tanto autoconclusivas como en forma de serial, así como las secciones de la revista (desde críticas de discos a El Club del Fracaso, una antología de proyectos frustrados, en esta ocasión firmada por un magnífico Herrera).

Y es que Herrera se hace cargo de las secciones (auténticas o falsas, el tiempo lo dirá) de este número, así como del arranque de Paraíso, serie donde realiza un certero retrato de lo compleja que es la adolescencia, en lo que al parecer es la primera incursión en el ámbito del noveno arte de este ilustrador.



La otra serie de este Tangaroa, de título Karla y como la anterior con influencia del subgénero del slice of life, lleva la firma de Guillem March: en apenas cuatro páginas, y con una estructura similar a la de Ciudadano Kane de Orson Welles (no es casual que el nombre de la protagonista empiece por K), March consigue hacer de la artista, estrella o ninfómana (según a quién se pregunte), un personaje que promete fascinar.

March también firma Little Barton, divertida historia donde homenajea la figura del niño cuasi adolescente retraído y particular, un sosías del cineasta Tim Burton, en un relato donde la parte gráfica presenta influencias del trabajo de Robert Crumb.



Por su parte, Guillem Dols pone la nota desenfada y sarcástica con dos historias estupendas: la desternillante El hombre que secuestró a Jordi Labanda (y su epílogo, más tristón, El perro del hombre que secuestró a Jordi Labanda), y sobre todo, Eiga, una historia concebida en sentido de lectura oriental, que cierra la revista, y que se convierte fácilmente en la mejor historia completa de todo este Tangaroa.



¿Algún pero? Solo uno: que puede saber a poco. Quizá más páginas, más historias, más autores, mejorarían el ya de por sí estupendo debut de Tangaroa, aunque se incrementase algo el coste. Eso sí: cuando el único problema que puede ponerse es este, se trata sin duda de una buena señal.


Título: Tangaroa n.º 1
Autores: Varios autores (guión y dibujo)
Editorial: Dolmen Editorial
Fecha de edición: enero de 2007
32 páginas (color y b/n) – 2,95 €

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