Abandonad toda esperanza

miércoles, 11 de abril de 2007

Mi madre era una mujer hermosa: Heridas que no cicatrizan

Con Mi madre era una mujer hermosa, editada por Glénat, la surafricana Karlien de Villiers debuta en el campo de la novela gráfica de considerable extensión. Se trata de un relato explícitamente autobiográfico de esta autora nacida en Ciudad del Cabo en 1975, protagonizado por sus padres, su hermana mayor y ella misma.



Al igual que sucedía en Por qué he matado a Pierre, espléndida obra de Olivier Ka y Alfred, la autora rememora desde el presente un hecho básico acontecido en su infancia, y a partir del cual su vida queda condicionada para siempre: si en aquella ocasión se trataba de un abuso, aquí es el diagnóstico de una enfermedad incurable y la desmembración de una familia.



Más sensitiva que narrativa, Mi madre era una mujer hermosa se parece más a un diario de recuerdos, a un álbum de fotografías (como expresa de forma también explícita la obra, ya desde las guardas del volumen) que a una narración con planteamiento, nudo y desenlace. Los recuerdos fluyen de la mente de la autora / protagonista a partir de las instantáneas tomadas a lo largo de los años.



De esta forma conocemos a su madre, que fue modelo antes de casarse con su padre, y a este, que trató de educar férreamente a sus hijas sin conseguir que la familia acabara separándose. De igual forma el lector conoce a Anna, la segunda esposa del padre, así como a las asistentas que ayudaron a su madre a cuidar de sus hijas y del hogar.



La autora no olvida en ningún momento situar su narración en el marco histórico correspondiente, que culminaría con el fin del apartheid. Y aunque no aporta nada nuevo al ya prolijo género de los cómics autobiográficos, su falta de escrúpulos a la hora de dibujar las miserias de sus seres queridos (desde su padre, avaro y frío, a su hermana, adicta a la cocaína) conforma su mayor y más expresivo logro, como ocurría también en Fresa y chocolate de Aurélia Aurita o la citada Por qué he matado a Pierre.

Merece la pena leerse. Sobre todo si uno es un lector tan impúdico como su protagonista.

Título: Mi madre era una mujer hermosa
Autor: Karlien de Villiers (guión y dibujo)
Editorial: Glénat
Fecha de edición: marzo de 2007
96 páginas (color) - 15 €

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