Abandonad toda esperanza

martes, 5 de junio de 2007

Los perseguidores

Vamos terminando con el visionado de series para dar paso a otras nuevas. Ayer terminó la emisión de la segunda temporada de Prison break en Fox, y la semana pasada Cuatro emitía el octavo y último episodio de Pesadillas y alucinaciones, de Stephen King, serie de la que hablaremos mañana.



Prison break, ya lo han dicho muchos y lo hemos señalado aquí también, es una serie inverosímil, increíble, donde la trama se alarga sobremanera, las casualidades se dan continuamente, y los héroes, pese a su difícil experiencia vital, tienen la suerte de salir de las más variadas situaciones. Pero no importa, porque es un serial que engancha como muy pocos lo consiguen.



Si la primera temporada fue una revisión y puesta al día de los clásicos del cine carcelario, de La fuga de Alcatraz a Cadena perpetua, esta segunda tanda de episodios se ha convertido en un remake apócrifo y coral de El fugitivo, la mítica serie que protagonizara David Jansen y que contó con una versión para la gran pantalla con Harrison Ford como huido de la justicia.



Si la némesis de Ford fue un memorable y oscarizado Tommy Lee Jones, William Fichtner (del que sigo diciendo que sería un perfecto Sherlock Holmes) se ha convertido en un impecable perseguidor, el agente Alexander Mahone, caracterizado por su drogodependencia y su obsesión a partes iguales.



Curiosamente, en esta segunda temporada los perseguidores han sido incluso más interesantes que los perseguidos: a Mahone se han sumado dos personajes ya presentes en la primera entrega, pero que aquí han ganado enteros: el brutal Brad Bellick (Wade Williams) y, sobre todo, el frío y preciso Paul Kellerman (Paul Adelstein), quizás el personaje favorito del que esto firma.



Ahora solo queda esperar el estreno en España de la tercera temporada, que proseguirá donde lo ha dejado esta, un puro cliffhanger que sitúa (atención, spoilers al canto) a los archienemigos Schofield y Mahone como compañeros de prisión, por no hablar de un T-Bag fugado, un Sucre herido o un Bellick también entre rejas. Ahí es nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que es muy entretenida pese a las tonterias cometidas en esta segunda temporada
(El colmo de los tatuajes que escondian el supuesto plan: un jeroglifico para recordar el nombre de tu puñetera madre!!!, por no hablar de que despues de calentarse la cabeza buscando la grabación con que Kellerman cantase solucionaba todo).
Para mi el mejor personaje es T-bag, merece un puesto en el olimpo de los villanos (lastima que no lo hayan fichado para ser el Joker).


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