Abandonad toda esperanza

lunes, 12 de mayo de 2008

Libros de Sangre (XIX): Revelaciones

"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King



El relato Revelaciones aúna elementos y espacios ya vistos con anterioridad en otros relatos de los Libros de Sangre, aunque Clive Barker consigue dotarlo de un aroma de novedad que evita la sensación de repetición infructuosa.

De esta forma, el cuento ambienta en los espacios abiertos y las carreteras de Texas, como ya hiciera en "Las pieles de los padres", una historia de horror y muerte protagonizada por fantasmas, uno de los arquetipos del género ya tratado por Barker en relatos como "Sexo, muerte y luz de estrellas" o "Confesiones del sudario (de un pornógrafo)".



En esta ocasión, los protagonistas del relato -cuya acción arranca en el año 1985- son tres viajeros sumidos en una odisea sin descanso: el predicador John Gyer, su esposa Virginia, y Earl Rayburn, ayudante y chófer del primero. Los tres se dirigen de Amarillo a Pampa, después de predicar la Palabra en la ciudad de Texas, y aunque no entra en sus planes y ante las inclemencias del tiempo (sufren una fuerte tormenta, y se sospecha que podría producirse uno de los tornados típicos de la región) y el cansancio acumulado a sus espaldas, deciden hacer un alto en el camino y refugiarse durante una noche en el motel Cottonwood.

En dicho motel, treinta años atrás, el matrimonio Durning protagonizó un triste episodio que hizo que el establecimiento fuese conocido durante un tiempo como "El Matadero del Amor": ella, Sadie, disparó a bocajarro al pecho de su marido Buck con un revólver que acabó abandonando en las inmediaciones del lugar. Cuando fue capturada, confesó su crimen sin mostrar ningún signo visible de arrepentimiento, y por ello acabó siendo ejecutada en la silla eléctrica.



Ahora, tres décadas más tarde, los dioses les permiten a Buck y Sadie una nueva oportunidad de reconciliarse, y por ello los dos espíritus llegan al motel Cottonwood con la intención de hospedarse en la misma habitación, para rememorar los hechos que precedieron al asesinato y comprobar así si un cambio de actitud, una mirada cariñosa, un gesto amable por parte del machista y mujeriego Buck podría cambiar el fatal destino de ambos.

Lo que los Durning no podían esperar es encontrarse con que la habitación en la que se hospedaron ambos está ahora ocupada por el predicador y su esposa, un matrimonio que como el de Buck y Sadie vive una larga época de decadencia y parece estar abocado a un final fatal. Menos aún cabía esperar que la mujer, Virginia, esté dotada del don de apreciar fenómenos psíquicos y acabe por detectar la presencia de alguien más en la habitación.



Muy pronto todos ellos comprobarán que la redención no es posible, que Buck no ha cambiado nada con el paso del tiempo y su nueva condición de espíritu errante, y que a Virginia solo le queda ya una salida: el destino es inevitable, y la pistola que Sadie empuñó en 1955, conservada por la hija del dueño del motel como parte de un macabro museo de objetos olvidados por los clientes del local, servirá de nuevo para ajustar cuentas pendientes...



"Revelaciones", en Libros de Sangre (vol. 3)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 103-156.

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