Abandonad toda esperanza

miércoles, 14 de abril de 2010

Curvas de vértigo... y de Vertigo



Espero disculpen el chiste malo, pero bajo este epígrafe aglutinamos tres títulos que entre sí poco más tienen en común que el estar protagonizados por una fémina: el primero es una miniserie de Top Cow con todo el atractivo (más que obvio) y todos los defectos (casi tan obvios como el anterior) de las obras marca de la casa; el segundo, la nueva cabecera protagonizada por una de las superheroínas más célebres del Universo DC; y finalmente, un título bastante aplaudido -y muy merecidamente, añado yo- de la línea "Vertigo Visions", protagonizado por una hechicera surgida del mismo universo superheroico que la anterior.



Para empezar, lo que no se le puede negar a un producto como este Aphrodite IX es su sinceridad: se trata de un (bonito) regalo para la vista que no engaña desde su mismo envoltorio, esto es, una serie de cubiertas con la protagonista en poses de lo más sugerente y al más puro estilo de las pin ups.



No olvidemos que se trata de un cómic de Top Cow, la casa de series de pura evasión pobladas por cuerpos esculturales -de ellas y de ellos- como Witchblade y The Darkness, que además está escrito por un guionista en nómina de la compañía (David Wohl) y dibujado, como no podía ser de otra forma, por un artista tan hot como David Finch (Ultimate X-Men). Además, como confiesa el propio dibujante en la introducción que abre la edición de Norma Editorial (y que incluye los números 0 a 4 originales en un solo tomo), es una obra cuyo origen parte más de la concepción gráfica que de un relato que se tenga la intención de contar: la idea original es de otro ilustrador, Joe Benitez, y es Finch quien la hereda de aquel para desarrollarla; solo en última instancia entra en escena Wohl para dar forma al universo de esta androide asesina.



Como decía antes, Aphrodite IX no engaña a nadie. El propio Finch lo explica así: "Me gusta la diversión directa, visceral, sin matices, en un cómic. Parece como si este tipo de historias sea una especie en peligro de extinción hoy en día, lo que es una verdadera lástima. Así que siempre sonrío cuando vuelvo a mirar lo que hice con Aphrodite IX. Hicimos este cómic puramente por instinto, basándonos solamente en lo que nos parecía divertido. No hubo reuniones para la historia, propuestas o sesiones de diseño de personajes. Aphrodite no fue creada, diseñada y perfeccionada, fue directamente lanzada contra la página".



Esto, que puede entenderse como una fórmula de captatio benevolentiae bastante sibilina, desarma cualquier intento de crítica: el lector sabrá lo que se va a encontrar en sus páginas, y de él depende disfrutarlo más o menos. Intentaré explicar un poco más qué puede encontrarse en este relato: Aphrodite es una chica atlética y extremadamente sexy con problemas de memoria. Pronto descubrirá, como quien no quiere la cosa, que no es humana, sino un ser artificial creado para funcionar como una perfecta máquina de matar, pero que pierde la memoria quince minutos después de cumplir cada una de sus misiones. Esto la llevará, al mismo tiempo que lleva a cabo su trabajo, a intentar descubrir la verdad que esconde su origen.



Como puede verse, nada nuevo en el horizonte: múltiples referencias entrecruzadas, del mundo de James Cameron (la saga Terminator, la televisiva Dark Angel con Jessica Alba), al universo de Matrix, pasando por los conflictos de la identidad propios de la obra de Philip K. Dick, el autor de Ubik y creador del universo de Blade Runner, con unas gotitas de space opera imperial a lo Flash Gordon de Alex Raymond o Cody Starbuck de Howard Chaykin. Un cóctel que, claro, podría dar pie a una obra introspectiva acerca del destino, el libre albedrío, etc., de haberlo orquestado así sus autores.



Porque nada más lejos de la intención de sus creadores, como ya habrá sospechado el lector: no nos engañemos, es en el arte de un David Finch espectacular donde reside el atractivo de la obra. Tanto es así que el relato parece construido de cara a facilitar la inclusión de dobles splash pages, la mayoría en formato vertical, que llevan al lector a leer Aphrodite IX como si estuviese hojeando el Playboy (el de Hugh Hefner, no el de Chester Brown) y desplegando los pósters centrales. Finch demuestra en las páginas de este relato de ciencia ficción high tech ser heredero directo de Jim Lee, a su vez heredero de Marc Silvestri -autor de la cubierta elegida con acierto para la edición española-, con un toque de Barry Windsor-Smith.



Por lo demás, Aphrodite IX se revela como una magnífica oportunidad para desarrollar un poco más el universo (femenino) Top Cow, así como una excusa para lanzar la consabida línea de muñecos y figuras (que la hay) y para establecer un nuevo modelo a imitar en festivales de cosplay del fandom... Basta con darse un garbeo por la red para comprobarlo de primera mano.



Pero si hablamos de figuras y sobre todo de cosplay femenino, posiblemente la reina sea Power Girl, la heroína con más contundente delantera del Universo DC, y cuya nueva serie acaba de empezar a ser publicada en español por Planeta de Agostini Comics. La primera entrega autóctona incluye los números 1 a 6 de la serie original, escritos por el tándem formado por Jimmy Palmiotti y Justin Gray y dibujada por Amanda Conner.



Esta pareja de guionistas, de probada experiencia y cuyos integrantes parecen estar acostumbrados de siempre a trabajar juntos, nos han ofrecido por el momento series de calidad variable pero siempre dentro de unos parámetros de dignidad como The Resistance, 21 Down o The Twilight Experiment. Por su parte, Amanda Conner es conocida sobre todo por su trabajo junto al sinvergüenza de Garth Ennis en The Pro. -otra serie protagonizada por una superheroína, aunque en este caso en clave paródica-, si bien esta Power Girl supone para esta autora la entrada por la puerta grande en el universo superheroico mainstream.



¿Qué encontrará el lector en este primer arco argumental de la serie? Pues un más que correcto relanzamiento del personaje, que deberá enfrentarse a un escuadrón de robots letales controlados por el Ultra-Humanita, a la misteriosa (y ecologista) Zoraida y a un grupo de féminas que parecen venidas del espacio exterior. Todo ello sin dejar de lado su faceta como Karen Starr al frente de los laboratorios Starrware, una empresa de desarrollo de alta tecnología al servicio de fines humanitarios.



Frente al propósito nada disimulado de Aphrodite IX, y aunque Power Girl no renuncie al empleo de la llamativa anatomía de su protagonista para captar adeptos a la causa, la intención de Palmiotti y Gray es la de ofrecer un relato mucho más clásico, que se retrotrae a las bases del género superheroico establecidas por Jerry Siegel y Joe Shuster en Action Comics (para entendernos, en Superman), y de ahí el homenaje a la versión cinematográfica de Richard Donner y Christopher Reeve en la portada de Adam Hughes. Así, con la excusa de establecer y unificar las raíces del personaje después de las distintas crisis infinitas, la idea es recuperar la esencia del superhéroe potenciando su identidad civil -aquí, Karen Starr- que tan buenos resultados les diera a Lee, Ditko, Romita y compañía con Spider-Man.



Como decíamos, eso no quita, claro, para que el trabajo de Amanda Conner potencie la espectacularidad, tanto del físico de la protagonista como de las dinámicas escenas de acción, si bien se aprecia cierto mimo en los momentos más intimistas, en donde la gran expresividad facial de los personajes ilustrados por la autora, sus mohínes en definitiva, recuerdan a los mejores Kevin Maguire y Adam Hughes de la Liga de la Justicia.



Para terminar con Power Girl, dos apuntes... El primero, que los telespectadores más avispados podrán localizar el cameo de los protagonistas de la serie The Big Bang Theory, todos ellos aficionados como muchos de los lectores del cómic que nos ocupa a temas como los tebeos de superhéroes, los videojuegos o el cine fantástico.



Por otro lado, vale la pena echarle un ojo a las portadas, definitivas y variantes, incluidas en el interior, y firmadas por autores como el ya mencionado y siempre espectacular Adam Hughes o nuestro Guillem March, que en su antología Works ya demostró su talento para retratar la anatomía femenina. Por lo demás, los que gusten del trabajo de Conner deberán aprovechar, pues apenas quedan otros seis números con el presente tándem creativo: a partir del número 13 yanki los guiones corren a cargo de Judd Winnick y los dibujos del desconocido para el lector español Sami Basri.



De mayor interés todavía me parece Madame Xanadu, una obra escrita por Matt Wagner, el creador de Grendel, y dibujada por la prometedora Amy Reeder Hadley; un título que como Power Girl está editado por Planeta en formato tomo: aquí la primera entrega recopila los diez primeros números de la exitosa serie original, y los interesados en ella deberían tomar nota de que el segundo número aparece ya en este mismo mes de abril.



Como serie englobada dentro de la línea "Vertigo Visions" -de la que hace unos meses glosábamos el estupendo El Soldado Desconocido de Garth Ennis-, Madame Xanadu tiene una orientación hacia un público más adulto que el grueso de los cómics DC, si bien los hechos que narra entran dentro de la continuidad del universo superheroico del sello. De ahí que a lo largo de las peripecias de la protagonista aparezcan personajes como el demonio Etrigan, el mago Zatara -el padre de Zatanna, otra hechicera de DC- o el Espectro, del que se cuenta su origen secreto en el relato que cierra el volumen.



Pero si hay un personaje del Universo DC cuya importancia en esta serie sea radical, ese es sin duda el Fantasma Errante. Prácticamente coprotagonista de los comic books aquí incluidos, el Fantasma se presenta como compañero a la vez que némesis de la joven hechicera, cuyo voluntad de ayudar choca frontalmente con la ley de aquel, que pasa por ser testigo de los hechos históricos sin intervenir directamente en ellos.



Resulta difícil destacar cuál es el mejor relato del volumen, pues Matt Wagner ha conseguido que los personajes de Madame Xanadu y el Fantasma Errante funcionen como una suerte de maestros de ceremonias que dan unidad a la serie mientras le muestran al lector momentos históricos por una u otra razón decisivos, como la toma de la Bastilla en 1789 o los asesinatos de Jack el Destripador en Whitechapel, Londres, en 1888. Respecto a este último relato, donde aparece también el inspector Abberline -encarnado por Johnny Depp en Desde el infierno y por Hugo Weaving en El Hombre Lobo-, resulta imposible no acordarse del From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell, referencia sesgada a lo largo de toda la trama, si bien el trabajo de Wagner consigue no verse aplastado por un antecesor tan ilustre y complejo.



En cuanto al apartado gráfico, el trabajo de Amy Reeder Hadley (apoyada por Richard Friend a las tintas y un espléndido Guy Major al color) es soberbio: episodios como los del palacio de Kubla Khan o la corte de María Antonieta le permiten desplegar páginas de una belleza aplastante. Y la aparición de Muerte, la hermana mayor de Sueño -ya saben, de las páginas de The Sandman de Neil Gaiman-, es la más bonita encarnación de este Eterno desde los lápices de Chris Bachalo y Mark Buckingham... que ya es decir.



El resultado de la suma de ideas tan atractivas y los respectivos talentos de guionista y dibujante es una de las obras más atractivas del sello Vertigo Visions, cuya composición a modo de amalgama de historias en distintos períodos históricos muy bien retratados por Wagner y Reeder Hadley, del reinado de Arturo en Camelot hasta el New York de los años 40, puede recordar a otra serie tan atractiva como House of Mystery, esta ya dentro del propio sello Vertigo. Volviendo a Madame Xanadu: mientras guionista y dibujante sigan al frente de la cabecera, le auguro un futuro tan esplendoroso como complicado se le intuye el suyo a la protagonista, una chica con carácter e inteligencia muy lejos de ser una mera pin up.


Título: Aphrodite IX
Autores: David Wohl (guión) / David Finch (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: abril de 2010
136 páginas (color) - 13 €


Título: Power Girl n.º 1
Autores: Jimmy Palmiotti & Justin Gray (guión) / Amanda Conner (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: marzo de 2010
144 páginas (color) - 12,95 €


Título: Madame Xanadu n.º 1
Autores: Matt Wagner (guión) / Amy Reeder Hadley (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: octubre de 2009
240 páginas (color) - 16,95 €

3 comentarios:

Werewolfie dijo...

Me alegro de que te haya gustado Madame Xanadu, lo cierto es que a mí me ha encantado. Y el segundo volumen, como ya habrás visto, no tiene a Amy Reeder en los dibujos, pero tiene nada menos que a Michael Wm. Kaluta, el creador gráfico del personaje. Una auténtica maravilla, de verdad. Ojalá que la serie venda lo suficiente como para asegurar, al menos, su continuidad...

Saludos.

Francisco J. Ortiz dijo...

Me sumo a su deseo... porque esta es una de esas series que leyéndolas se tiene esa molesta sensación de que le gusta a uno pero a nadie más y van a acabar cerrándola. Espero equivocarme y que seamos más que ud y yo esperando que continúe...

Werewolfie dijo...

En los USA parece que goza de buena salud, pero por aquí he leído alguna crítica nada halagüeña. Yo puse mi granito de arena expresando mi entusiasmo por la serie, con sus peros, pero entusiasmo... Habrá que seguir insistiendo.

Saludines.


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