Abandonad toda esperanza

miércoles, 28 de mayo de 2014

La gigantesca barba que era el Mal: Obra maestra gigantesca




Servidor suele escribir y publicar las críticas, reseñas y comentarios diversos que nutren este vuestro blog y otros medios al poco de terminar la lectura de la obra comentada: la cercanía en el tiempo favorece recordar los pequeños detalles que caracterizan la experiencia lectora, y de paso se cumple con el interés que muchas veces supone el factor actualidad. Pero en algunos casos, en muy pocos y especiales en realidad, prefiero dejar pasar un tiempo para que el efecto del relato leído repose y encarar la labor crítica con algo más de supuesta ecuanimidad objetiva.




Ese fue el caso, por ejemplo, de Castilla Drive de Anthony Pastor, que todavía me parece uno de los mejores cómics editados el año pasado. Pero si en aquella ocasión opté por reelerlo de cara a redactar la correspondiente nota, ahora con La gigantesca barba que era el Mal he preferido basarme en el recuerdo de las magníficas sensaciones que provocó su lectura hace unos tres meses, cuando este título con el que el ilustrador británico Stephen Collins ha debutado en el campo de la novela gráfica fue editado en español por La Cúpula.




Es conveniente comentar aquí, aunque sea brevemente, el argumento de la obra: el protagonista de la misma, un individuo aparentemente gris y solitario que responde al nombre de Dave, trabaja por las mañanas en las oficinas de una empresa cuyos empleados no saben muy bien a qué se dedica esta; por las tardes, rodeado de la soledad y la calma que le proporciona su hogar, se dedica a dibujar lo que ve por la ventana mientras escucha las mismas canciones una y otra vez.




Esta existencia cotidiana, que a muchos podría parecerles anodina e incluso soporífera, parece hacer feliz a Dave. O, al menos, no lo hace sentirse desdichado. Pero el conflicto que hará tambalearse el status quo de su devenir vital surgirá cuando un pelo de su barba se resista a ser cortado para después pasar a crecer sin pausa, hasta convertirse en el primer aviso del nacimiento de esa gigantesca barba a la que remite el título de la obra y que convertirá a su protagonista en una celebridad muy a su pesar.




Esta breve sinopsis responde a un argumento que se desarrolla en el lugar donde vive Dave, y que no es sino una isla o islote que responde al sencillo nombre de Aquí; rodeado de mar, más allá de sus aguas aparentemente infranqueables no hay más que territorios conocidos con el nombre de Allí. Dados estos datos, a nadie se le escapará que lo que Collins propone aquí es una fábula satírica fácilmente susceptible de ser interpretada en clave metafórica, a propósito de los conflictos que se establecen entre el individuo y la sociedad por un lado, y entre el orden y el caos por otro, por citar dos de las posibles claves, quizá de las principales, del relato.




Pero si el interés de La gigantesca barba que era el Mal se quedara ahí, en las interpretaciones que de su argumento pudiesen extrapolarse, no sería más (y ya es algo a considerar) que una muy recomendable lectura como hay otras. Lo que hace de esta monumental obra de Stephen Collins algo que se parece muy mucho al concepto que algunos tenemos de obra maestra es que el apartado gráfico, y no solo el estilo de las ilustraciones sino muy especialmente la construcción de las planchas y la disposición de las viñetas, no se limita a estar al servicio de lo que se cuenta, sino que lo potencia hasta límites insospechados por inhabituales. Es lo que tiene el genio: que, lamentablemente, no es nada habitual.




El texto de la contrasolapa avisa de que la crítica ha llegado a definir la presente obra como "un clásico para el futuro". Más allá de la lógica intencionalidad publicitaria del texto, a quien esto firma no le extraña ni un ápice que este relato haya recibido elogios como este o mejores: sin duda estamos ante uno de los mejores cómics publicados en lo que va de año (y estamos a punto de alcanzar ya el ecuador), y a buen seguro estará en el listado de lo mejor de este 2014 que haremos público en los primeros días del próximo 2015. Tiempo al tiempo.


Título: La gigantesca barba que era el Mal
Autor: Stephen Collins (guion y dibujo)

Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: marzo de 2014
252 pp. (b/n) - 23 €

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