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martes, 2 de mayo de 2017

RIP: Jonathan Demme (1944-2017)


Un cáncer de esófago y unos problemas de corazón se aliaron hace unos días para llevarse definitivamente al director Jonathan Demme, fallecido en su apartamento de Manhattan. Un realizador que sin duda pasará a la historia del cine como el (oscarizado) responsable de El silencio de los corderos, ya un clásico contemporáneo indiscutible del séptimo arte.


Jonathan Demme (1944-2017)


Como otros cineastas de su generación -recordemos los casos de Coppola o Scorsese, por ejemplo-, los comienzos profesionales de Jonathan Demme están marcados por su colaboración con el productor todoterreno y rey de la serie B Roger Corman, que fue quien le produjo su debut tras las cámaras: La cárcel caliente, aportación de Demme al género WIP (Women in Prison), formado por las películas ambientadas en cárceles de mujeres. Corman también intervino en la producción de sus siguientes largos, Crazy Mama y Luchando por mis derechos.


Una imagen promocional de La cárcel caliente, su debut tras las cámaras


Tras Handle with Care, sus dos siguientes trabajos supusieron un primer punto de inflexión en su carrera: El eslabón del Niágara, estrenada en 1979 y protagonizada por el también fallecido Roy Scheider, le permitió entrar en los circuitos comerciales así como proponer su primera adaptación de un thriller de origen literario. Por su parte, Melvin y Howard demostró que seguía siendo un buen director de comedias, y les valió a la actriz Mary Steenburgen y al guionista Bo Goldman sendos Oscars -como mejor Actriz de Reparto y Mejor Guion Original, respectivamente-, además de una tercera nominación para el veterano Jason Robards.


Mary Steenburgen ganó su único Oscar por colaborar con Demme en Melvin y Howard


Durante años 80, Demme se centró sobre todo en uno de sus géneros predilectos: la comedia. Así, además de dirigir Chicas en pie de guerra para mayor gloria de la pareja formada por Goldie Hawn y Kurt Russell, filmó dos estupendas muestras de este género: Algo salvaje y Casada con todos. En la primera emparejó a una desmadrada Melanie Griffith y a un apocado Jeff Daniels; en la segunda se centró en el mundo de la mafia desde una perspectiva desmitificadora y le permitió a Michelle Pfeiffer, que se prodigaba más en el territorio del drama, demostrar que era una espléndida actriz de comedia.


Melanie Griffith y Jeff Daniels, la pareja improbable de Algo salvaje


Pero, por supuesto, fue su película de 1991 el trabajo por el que Jonathan Demme pasará a la historia del cine: El silencio de los corderos era la adaptación homónima de la segunda novela de Thomas Harris protagonizada por el psiquiatra psicópata Hannibal 'el Caníbal' Lecter -la primera, El dragón rojo, ya había sido adaptada por Michael Mann en Manhunter-; y se convirtió, además de en un gran éxito de taquilla en todo el mundo, en la tercera (y por el momento última) cinta en lograr lo que antes solo habían conseguido Sucedió una noche y Alguien voló sobre el nido del cuco: llevarse a casa los cinco Oscars principales; es decir, Película, Director, Actor Protagonista, Actriz Protagonista y Guion (en este caso, adaptado).


 Junto con Jodie Foster y Anthony Hopkins, oscarizados por El silencio de los corderos


Este éxito sin parangón, además de consagrar a Jodie Foster con su segunda estatuilla tras Acusados y resucitar la carrera de Anthony Hopkins, convertido desde entonces en uno de los actores más respetados de las últimas décadas, situó a Jonathan Demme entre los directores de primera fila en Hollywood. Esto explica que recayera en sus manos un proyecto tan importante como el de Philadelphia: la historia de un hombre despedido de su trabajo por haber contraído el SIDA y que fue a los tribunales a denunciar su caso; Tom Hanks encarnó al protagonista y Denzel Washington a su abogado. De nuevo, la película tuvo buenas críticas y una presencia relevante en los premios de la Academia: Hanks obtuvo el primero de sus dos Oscars consecutivos (el segundo le llegaría al año siguiente por Forrest Gump), al mismo tiempo que Bruce Springsteen se llevaba otro por el tema principal del film: "Streets of Philadelphia".


Tom Hanks y Denzel Washington, en los tribunales de Philadelphia


Posteriormente, Demme insistiría en la adaptación literaria con Beloved, según la novela del mismo título de la ganadora del Nobel Toni Morrison. También probó suerte con los remakes, aunque con desigual fortuna: La verdad sobre Charlie, basada en Charada de Stanley Donen, fue masacrada en el momento de su estreno; en cambio, El mensajero del miedo satisfizo a la crítica, aunque no hizo olvidar al clásico de John Frankenheimer.


 Dirigiendo a Jon Voight en el plató de El mensajero del miedo


La boda de Rachel, protagonizada por la ascendente Anne Hathaway, fue su incursión en el cine independiente; en la inédita en España A Master Builder se puso al servicio del actor y dramaturgo Wallace Shawn adaptando a Henrik Ibsen; y Ricki, escrita por Diablo Cody y protagonizada por Meryl Streep, fue su despedida del cine de ficción.


La boda de Rachel es uno de sus trabajos menos conocidos


Este último matiz se debe a que uno de los apartados más relevantes de la filmografía de Demme es el que conforman los videoclips musicales y los documentales de bandas y conciertos de rock: sin ir más lejos, Stop Making Sense -estrenado en 1984 y dedicado al grupo de David Byrne The Talking Heads- está considerado uno de los filmes más importantes de este género. Después vendrían tres películas dedicadas a Neil Young (Heart of Gold, Trunk Show y Journeys) y Justin Timberlake + The Tennessee Kids, estrenada el año pasado y último título, este sí, de una filmografía con muchos títulos a reivindicar... Títulos que no merecen ser sepultados por la fama -por otro lado, más que merecida- de El silencio de los corderos.


Dos momentos (musicales) de su carrera: con David Byrne y con Justin Timberlake


Robert Jonathan Demme, llamado Jonathan Demme, nació en 22 de febrero de 1944, en Baldwin, Long Island, New York, y falleció en 26 de abril de 2017 en New York; tenía por tanto 73 años. Descanse en paz.

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